Estados Unidos duplicó este jueves la recompensa por información que conduzca al arresto de Nicolás Maduro de US$25 millones a US$50 millones, una decisión que, por supuesto, no le gustó al régimen venezolano, pero tampoco al presidente de Colombia Gustavo Petro.
“No creo que la solución de los problemas políticos de los venezolanos pase por poner dinero para matar o capturar líderes políticos”, escribió el mandatario colombiano en su cuenta de X.
Esta cifra de US$50 millones es considerada la recompensa más grande en la historia de Estados Unidos, incluso el doble de la ofrecida por Osama bin Laden tras los atentados del 11 de septiembre.
La fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, al hacer el anuncio de la recompensa, señaló que Maduro estaba directamente vinculado a operaciones de narcotráfico, acusándolo de ser “uno de los mayores narcotraficantes del mundo”.
En su trino, Petro dijo estar de acuerdo con la lucha contra las organizaciones narcotraficantes, enfocándose en los capos, sus finanzas y la incautación masiva de mercancía ilícita, siempre “sobre la base del respeto a la soberanía nacional”.
En su opinión, Venezuela necesita “un diálogo abierto entre todas sus fuerzas para unas elecciones libres”, y considera que “ni encarcelando dirigentes políticos ni inhabilitándolos ni tampoco persiguiendo dirigentes oficialistas, con la amenaza de la cárcel o la muerte, permitirán una salida pacífica”.
El mandatario colombiano también destacó una supuesta cooperación bilateral en la lucha contra el narcotráfico. “He recibido apoyo de Maduro y el general Padrino para derrotar los grupos narcotraficantes de la frontera con ese país. El apoyo ha sido contundente y debe continuar”, aseguró Petro.